CAPÍTULO PRIMERO
Los orígenes de Skull & Bones.
Para poder comprender y entender bien, de donde viene una de
las sociedades secretas más destructoras de la historia del ser humano, tenemos
que retroceder atrás en el tiempo, aproximadamente unos 200 años. Por aquel
entonces, los jóvenes Estados Unidos de Norteamérica empezaban a lidiar con el
mundo, resaltando con brillante avance sobre los viejos Estados europeos. En
1823, Samuel Russell, un joven banquero de Wall Street, fundó la “Russell &
CIA“, una empresa que poco a poco iría creciendo gracias a las operaciones de
contrabando con opio. Russell y compañía llego a ser uno de los mayores
exportadores de opio de todo el mundo. La empresa tuvo su primera sede en
Connecticut, y fue conocida en sus principios por sus importantes tratos con
China o Turquía. En 1830, Russell y compañía se fusiono con su principal
competidor, Perkins (Boston). Una unión que sirvió para el total control de la
distribución de opio, estableciendo Connecticut como el epicentro del comercio
ilegal.
Debido a la increíble riqueza generada por este mercado de
estupefacientes, y a sus sospechosas conexiones con Wall Street, la compañía de
Russell (y por lo tanto de Connecticut) se convirtió en el centro del poder
político ilegal y secreto en los EE.UU. El abuelo del presidente Franklin
Delano Roosevelt, Warren Delano Jr., sirvió como Jefe de Operaciones en Russell
and Company, y más tarde se convirtió en un socio integro.
En 1831, William Huntington Russell, medio hermano de
Samuel, decide viajar a Europa para expandir negocios y encontrar influencias,
que puedan servir en el futuro a los intereses de su familia. El joven
empresario, fijo su destino en Alemania, que por aquel entonces padecía una
nueva fiebre de corrientes filosóficas y científicas. Una revolución científica
en las áreas de psicología, filosofía y educación estaba surgiendo en el viejo
continente. En la nueva Alemania, los jóvenes estaban siendo educados de acuerdo
con el “método científico” que seguía el Estado, y eso tal vez, fue lo que
atrajo a los metódicos y conservadores Russel. Por aquel entonces el país
germano, acababa de poner en prueba, un nuevo sistema de educación. Un sistema
de adoctrinamiento hacia los jóvenes, de una manera obediente y de tonos
dictatoriales, haciendo del mismo Estado un todopoderoso Dios, un
imprescindible lema, al que respetar y seguir
William Huntington Russell quería conocer de primera mano,
‘el método científico’ y las ideas filosoficas de Georg Wilhelm Friedrich Hegel
. Hegel ocupaba por el entonces, la cátedra de Filosofía en la Universidad de
Berlín (desde 1817), un puesto que ejercería hasta su muerte en 1831.
En Alemania, el famoso ‘método científico‘, y la ‘dialéctica
hegeliana‘ se estaban aplicando en todos los aspectos de la actividad social.
Muchos de los eruditos y sabios de la época creyeron que a través de la razón y
la aplicación del método científico, era posible crear una síntesis
pre-determinada para plantear soluciones, y por lo tanto, los resultados más
deseables saldrían de estos métodos.
W. H. Russell estaba particularmente impresionado con el
concepto de “tesis y antítesis” y la dialéctica histórica de Hegel, en la que
aparecían puntos como los siguientes: el Estado es absoluto, a los individuos
se les concede las libertades en función de su obediencia al Estado, el
conflicto social debe estar controlado por una élite intelectual que pueda
predeterminar soluciones…etc.
El joven banquero, que tenía presente sus raíces financieras
desde lo más hondo de Wall Street, rápidamente se dio cuenta de las
posibilidades de estos pensamientos sobre futuros proyectos económicos.
La filosofía de Hegel y el “Método Científico” -pensó
Russel- se podría aplicar a la banca. Pero ¿Cómo? A través de conflicto social
controlado. Que sería posible gracias a la creación de una élite secreta e
intelectual, que controlase los dinamismos populares, así como que engendrase
las tesis y antítesis que dividiesen la sociedad en ‘falsos conflictos’ para
luego así, poder repercutir soluciones.
Quienes se dedicasen a los tejemanejes y por tanto a la
regencia de los conflictos sociales, tendría que requerir de financiamiento
independiente y propio, organización fuerte y totalmente respaldada por la
complicidad de empresas dominantes en las finanzas de todo el mundo. Solo así
el llamado ‘Conflicto Social Controlado’, comenzaría a surgir efecto, bajo el
ocultismo adecuado iría prosperando los negocios por todo el globo terráqueo.
Desde entonces, el secretismo regiría cual caudillo, la dialéctica que se
aplicarían posteriormente para la creación de “fuerzas contrarias” que han de
ser manipulados para engendrar un “conflicto social controlado” que diese como
final, el control asegurado de ambos polos sociales y por tanto, varios
extremos políticos, dando como total el máximo control sobre la población.
En poco tiempo Russell se hace tan conocido en las esferas
económicas e intelectuales del momento, que no tarda en unirse a un rumoreado club elitista, llamado
como la orden secreta de ” Skull and Bones “. El número de miembros de Skull
and Bones de en la ciudad alemana de Berlín era poco exacto, pero se sabe que
sus integrantes provenían en su mayoría de la clase privilegiada, la
aristocracia y las familias de banqueros y la élite adinerada.
Russell encajaba a la perfección en el perfil luchador y
sigiloso de los S&B, pronto el joven banquero formo estrechas relaciones
con muchos de sus miembros. Cuando llegó el momento de su regreso a los Estados
Unidos y por tanto la Universidad de Yale, Russell solicitó y obtuvo permiso
para formar una cúpula estadounidense de la secta Skull and Bones. Russell
regresó a los Estados Unidos en 1832, junto con un amigo muy cercano, Alfonso
Taft (el padre de William Howard Taft, quien se convirtió en Presidente de los
EE.UU. y luego Presidente del Tribunal de la Corte Suprema), y otros jóvenes de
la élite financiera, convirtiéndose todos ellos en los miembros fundadores de
la orden en tierras americanas.
La Orden de los Skull and Bones, iba a ser una sociedad
secreta especialmente destinada para los jóvenes emprendedores de la élite
angloamericana que gobernaría en el futuro la banca de Wall Street. ¿Cuál era
su principal propósito? Generar tal riqueza y tal poder con ella, que sus
miembros pudiesen someter las desidias el mundo y sus gobiernos, con tan solo
el levantar un dedo sobe la mesa de sus despachos institucionales o
empresariales.
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